Desde pequeña lo he tenido claro, aunque no era consciente. Me encantaba jugar, bailar, cantar, disfrazarme, hacer mis propios musicales, teatros… pero no sabía que me podía dedicar a ello.
Cuando llegó el momento de decidir carrera universitaria me decanté por Farmacia, ya que me gustaba la naturaleza, las plantas, la biología, la ciencia y la salud.
Pero terminé por abandonarla en 5º curso porque no era exactamente lo que yo me imaginaba que tenía que ser.
Estudié arte dramático y continué mi formación, mientras me dedicaba a lo que más me llenaba. Y en eso estoy. Es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida, volvería a repetir la carrera varias veces más, disfruté como cuando era una niña.